Archive for the ‘Reposo’ Category

ANIMO EN TU OPERACION NELSON

26 diciembre 2007

Aqui Nelson al lado de Margarita y Aylin en Asado El Monte

Le damos mucho Animo y Fuerzas a nuestro amigo Runner Nelson Nuñez quien hoy a las 15 horas se sometera a una cirugia por rotura de Meniscos y Ligamentos Cruzados a cargo del Medico Francisco Soza Rex en el Instituto Traumatologico de Santiago http://www.intraumatologico.cl/ ubicado en calle San Martin 771 Fono: 5746150
Celular de Nelson: 84214244

ANIMO EN TU OPERACION NELSON

26 diciembre 2007

Aqui Nelson al lado de Margarita y Aylin en Asado El Monte

Le damos mucho Animo y Fuerzas a nuestro amigo Runner Nelson Nuñez quien hoy a las 15 horas se sometera a una cirugia por rotura de Meniscos y Ligamentos Cruzados a cargo del Medico Francisco Soza Rex en el Instituto Traumatologico de Santiago http://www.intraumatologico.cl/ ubicado en calle San Martin 771 Fono: 5746150
Celular de Nelson: 84214244

Sueño de corredor

18 diciembre 2007

Dormir es esencial para tu salud física y psicológica. Por si fuera poco, es una de las claves de tu rendimiento deportivo e imprescindible para mantenerte en forma. Un sueño adecuado puede ayudarte incluso a perder peso o a recuperarte de una enfermedad o lesión.

¿Tienes problemas para dormir?. Te damos 20 motivos que podrían ser la causa de tus dificultades para dormir bien. Algunos tienen fácil solución, otros requieren el consejo de un especialista para solucionarse. Así que no lo dudes, si tu falta de sueño reparador se prolonga, consulta a tu médico.

– No tienes tiempo
Quizá estás durmiendo bien pero no sea suficiente (aunque hayas estado 8 horas en la cama). Sabemos que tienes muchas obligaciones, pero haz de dormir una de tus prioridades y verás como encuentras la manera de acostarte un rato antes. ¿Cuántas veces te has quedado hasta tarde viendo un programa de televisión que no te interesaba demasiado?
– Las preocupaciones
A veces son simples proyectos o tareas pendientes… pero terminan por desvelarte. La hora de acostarse no es buen momento para pensar ni hacer recapitulación de la jornada. Si te preocupa algo pero ahora no puedes hacer nada, deja el problema para el día siguiente y trata de no pensarlo más.
– El estrés
Cuando nos sentimos en peligro se dispara un mecanismo ancestral que prepara a nuestro cuerpo para protegerse, luchar o huir ante un peligro. El estrés permitía a nuestros ancestros pasar noches alerta y sin dormir cuando, por ejemplo, les perseguía un depredador. El problema surge cuando este mecanismo de supervivencia se cronifica por el modo en que afrontamos las situaciones de la vida diaria, impidiéndonos dormir incluso en la seguridad de nuestra cama. Es un círculo vicioso puesto que la falta de descanso reparador aumenta la sensación de amenaza, así que cada vez duermes menos y estás más estresado.
– Cenar demasiado o demasiado tarde
Las cenas copiosas o muy grasas no son recomendables porque tu cuerpo tendrá que realizar un gran esfuerzo para digerirlas, lo que te impide descansar correctamente. A la hora de cenar, dale prioridad a los hidratos de carbono que son más fáciles de digerir que las grasas y, si tienes problemas de sueño, no cenes alimentos ricos en proteínas pues no favorecen el sueño.
– Acostarse con hambre
El hambre es uno de los mejores estimulantes naturales y te mantendrá toda la noche en vela. Una dieta hipocalórica o desequilibrada te dejará sin energía y no podrás dormir bien. Si no puedes dormir cuando estás a dieta, es que algo estás haciendo mal.
– No te has cansado físicamente
Una interminable jornada en la oficina puede parecerte agotadora, pero si no le has dado a tu cuerpo la acción que necesita, probablemente te cueste dormirte. Después de un buen entrenamiento notarás que entras más fácilmente en un sueño profundo y te cuesta más levantarte al día siguiente. Se debe a que el cerebro le está dando tiempo a tus músculos para reparase y descansar.
– Estás demasiado cansado.
Tampoco te pases entrenando. El cansancio extremo, el agotamiento y el dolor muscular son enemigos del sueño. También a nivel neural. Si tu cuerpo o tu mente se encuentran agotados, te será imposible desconectar. Si te cuesta dormirte, “levanta el pie”. Recuerda que las dificultades para dormir son uno de los primeros síntomas de sobreentrenamiento.
– Entrenar demasiado tarde
El entrenamiento nocturno provoca gran respuesta metabólica, nos ayuda a quemar más grasas y aumenta los niveles de energía y rendimiento físico. Pero nuestro cuerpo no es una máquina que se pueda desconectar a voluntad y este “subidón” de temperatura puede favorecer el insomnio. Así que si tienes problemas para dormir, no entrenes después de las 20 horas.
– Has roto tu rutina
Desde que somos bebés todos tenemos una rutina (o deberíamos tenerla) que nos prepara para el sueño: Más o menos a la misma hora cenamos, charlamos, vemos la tele, nos lavamos los dientes, abrimos la cama… o lo que sea que tú hagas. Los madrugones, acostarte tarde, cambiar el lugar de sueño y cualquier otra alteración, rompen esa rutina. Nuestro cuerpo deja de recibir señales a las que está acostumbrado y nos cuesta dormirnos.
– Alteraciones de los ritmos de sueño
Nuestro organismo obedece a ritmos biológicos que determinan –entre otras- las pautas de sueño y vigilia. Cuando realizamos viajes que implican grandes diferencias horarias o trabajamos de noche esos ritmos circadianos se ven alterados, por lo que sientes sueño cuando debes permanecer despierto. Acumulas gran cansancio, pero te resulta imposible conciliar el sueño a la hora de irte a la cama. Es lo que se conoce como “Jet Lag”. Tu cuerpo necesita “reajustar” sus ritmos al nuevo horario, un proceso que requiere unos días y que no reviste gravedad cuando se realiza de un modo puntual. El problema surge cuando se sufre de modo habitual (aquellos que trabajan con cambios de turno o viajan mucho). El organismo no tiene tiempo de adaptarse completamente a ningún horario por lo que se acumulan los desajustes, que pueden llegar a hacerse permanentes y revestir gravedad.
– Ansiedad por dormir
¿Cuanto más esfuerzo haces por dormirte, más difícil se te hace? Cuentas ovejitas, te compras un gel de baño relajante, bebes un vaso de leche… pero nada. Con todos estos rituales sólo consigues preparar a su cerebro para una frustrante batalla en busca del sueño. El primer paso es no preocuparte, pensar que tarde o temprano te vas dormir. No anticipes demasiado el momento de irte a la cama. Cuando llegue la hora, simplemente, acuéstate. Y si no puedes dormir, no te preocupes, levántate y haz algo que encuentres relajante. Después de un rato, te sentirás lo suficientemente cansado como para regresar a la cama cuando el sueño te venza de forma natural.
– Problemas respiratorios
Basta un simple resfriado para que duermas mal. Más graves son los problemas respiratorios crónicos, como crisis de asma (que se acentúan durante la noche) o apnea, un trastorno por el que los músculos que mantienen abiertas las vías respiratorias se relajan durante el sueño, dejando caer lengua y mandíbula y produciendo dificultades respiratorias. Para evitarlo, el cerebro se ve obligado a realizar lo que se denomina microdespertares, instantes en los que el sueño se interrumpe para que el cuerpo pueda recuperar el ritmo respiratorio. Estas interrupciones impiden que el organismo descanse completamente, lo que provoca la aparición de un gran número de dolencias, como dolores de cabeza, cefaleas matutinas, somnolencia durante el día, etc.
– Dormir demasiado durante el día
Si tienes el sueño ligero, resístete a dormir una larga siesta aunque sea domingo y hayas dormido fatal la noche anterior. Aunque la siesta es un hábito muy recomendable, especialmente si haces deporte, bastan entre 20 y 30 minutos.
– Causas internas
Casi siempre están relacionadas con enfermedades físicas o psicológicas: dolor físico (causado por una lesión o enfermedades más graves como artrosis, Parkinson, un tumor, etc.), depresión, ansiedad, etc. Si padeces dolor físico o emocional, es muy difícil conciliar el sueño. También hay enfermedades endocrinas que provocan un aumento de la actividad metabólica que puede producir estados de inquietud o ansiedad que alteran el sueño. En todos estos casos es imprescindible que acudas al médico para que trate la causa de origen. Cuando estés bien, dormirás bien.
– Sustancias que afectan al sistema nervioso central
No te vamos a hablar de sustancias como la heroína, la cocaína, las anfetaminas, el éxtasis… (Si las consumes, el insomnio será uno de tus menores problemas). El café, el té, las bebidas de cola y el cacao pueden afectar al sueño aunque se tomen con mucha moderación si eres una persona sensible. Así que si no duermes bien, la primera medida es dejarlas todas. Y si eres de los que no se despiertan hasta que se toman un café… necesitas dormir más. Si fumas mucho, la abstinencia de nicotina también puede llegar a despertarte. Ingerir alcohol antes de dormir impide que el sueño sea de calidad, aunque te duermas con facilidad. Mucho cuidado con los productos “quemagrasas”, suelen tener sustancias que aumentan tu grado de actividad y que te impiden conciliar el sueño. Lo mismo ocurre con algunos complementos vitamínicos que contienen cafeína, taurina, ginseng u otros excitantes. También algunos medicamentos como los corticoides, las teofilinas, los sustitutivos tiroideos, anticancerígenos y los diuréticos pueden provocar otros trastornos de este tipo. Si estás tomándolos y te cuesta dormir, debes consultar a tu médico. Tratan problemas graves, así que no los dejes por tu cuenta.
– Una mala postura
Si duermes boca abajo y no tienes calidad de sueño, trata de cambiar ese hábito. El cuello permanece girado muchas horas y acabas por despertarte. También perjudica la respiración. Intenta dormir boca arriba o de lado con una pierna encima de la otra.
– Las Unidades de sueños
La inmensa mayoría de los casos tienen solución cuando se realiza un estudio médico avanzado. La proliferación de estos problemas ha hecho que cada vez se creen en España más unidades del sueño, que son centros donde distintos especialistas diagnostican y tratan estas graves dolencias. Allí serás sometido a diversas pruebas durante tus horas de sueño que permitirán determinar las causas del problema de un modo directo. Generalmente es suficiente con pasar una noche
Fuente:
http://www.runners.es/Salud_Nutricion/sueño-dormir-correr-corredor-insomnio-kw-articulo_lesiones.jsp?id=2902

Sueño de corredor

18 diciembre 2007

Dormir es esencial para tu salud física y psicológica. Por si fuera poco, es una de las claves de tu rendimiento deportivo e imprescindible para mantenerte en forma. Un sueño adecuado puede ayudarte incluso a perder peso o a recuperarte de una enfermedad o lesión.

¿Tienes problemas para dormir?. Te damos 20 motivos que podrían ser la causa de tus dificultades para dormir bien. Algunos tienen fácil solución, otros requieren el consejo de un especialista para solucionarse. Así que no lo dudes, si tu falta de sueño reparador se prolonga, consulta a tu médico.

– No tienes tiempo
Quizá estás durmiendo bien pero no sea suficiente (aunque hayas estado 8 horas en la cama). Sabemos que tienes muchas obligaciones, pero haz de dormir una de tus prioridades y verás como encuentras la manera de acostarte un rato antes. ¿Cuántas veces te has quedado hasta tarde viendo un programa de televisión que no te interesaba demasiado?
– Las preocupaciones
A veces son simples proyectos o tareas pendientes… pero terminan por desvelarte. La hora de acostarse no es buen momento para pensar ni hacer recapitulación de la jornada. Si te preocupa algo pero ahora no puedes hacer nada, deja el problema para el día siguiente y trata de no pensarlo más.
– El estrés
Cuando nos sentimos en peligro se dispara un mecanismo ancestral que prepara a nuestro cuerpo para protegerse, luchar o huir ante un peligro. El estrés permitía a nuestros ancestros pasar noches alerta y sin dormir cuando, por ejemplo, les perseguía un depredador. El problema surge cuando este mecanismo de supervivencia se cronifica por el modo en que afrontamos las situaciones de la vida diaria, impidiéndonos dormir incluso en la seguridad de nuestra cama. Es un círculo vicioso puesto que la falta de descanso reparador aumenta la sensación de amenaza, así que cada vez duermes menos y estás más estresado.
– Cenar demasiado o demasiado tarde
Las cenas copiosas o muy grasas no son recomendables porque tu cuerpo tendrá que realizar un gran esfuerzo para digerirlas, lo que te impide descansar correctamente. A la hora de cenar, dale prioridad a los hidratos de carbono que son más fáciles de digerir que las grasas y, si tienes problemas de sueño, no cenes alimentos ricos en proteínas pues no favorecen el sueño.
– Acostarse con hambre
El hambre es uno de los mejores estimulantes naturales y te mantendrá toda la noche en vela. Una dieta hipocalórica o desequilibrada te dejará sin energía y no podrás dormir bien. Si no puedes dormir cuando estás a dieta, es que algo estás haciendo mal.
– No te has cansado físicamente
Una interminable jornada en la oficina puede parecerte agotadora, pero si no le has dado a tu cuerpo la acción que necesita, probablemente te cueste dormirte. Después de un buen entrenamiento notarás que entras más fácilmente en un sueño profundo y te cuesta más levantarte al día siguiente. Se debe a que el cerebro le está dando tiempo a tus músculos para reparase y descansar.
– Estás demasiado cansado.
Tampoco te pases entrenando. El cansancio extremo, el agotamiento y el dolor muscular son enemigos del sueño. También a nivel neural. Si tu cuerpo o tu mente se encuentran agotados, te será imposible desconectar. Si te cuesta dormirte, “levanta el pie”. Recuerda que las dificultades para dormir son uno de los primeros síntomas de sobreentrenamiento.
– Entrenar demasiado tarde
El entrenamiento nocturno provoca gran respuesta metabólica, nos ayuda a quemar más grasas y aumenta los niveles de energía y rendimiento físico. Pero nuestro cuerpo no es una máquina que se pueda desconectar a voluntad y este “subidón” de temperatura puede favorecer el insomnio. Así que si tienes problemas para dormir, no entrenes después de las 20 horas.
– Has roto tu rutina
Desde que somos bebés todos tenemos una rutina (o deberíamos tenerla) que nos prepara para el sueño: Más o menos a la misma hora cenamos, charlamos, vemos la tele, nos lavamos los dientes, abrimos la cama… o lo que sea que tú hagas. Los madrugones, acostarte tarde, cambiar el lugar de sueño y cualquier otra alteración, rompen esa rutina. Nuestro cuerpo deja de recibir señales a las que está acostumbrado y nos cuesta dormirnos.
– Alteraciones de los ritmos de sueño
Nuestro organismo obedece a ritmos biológicos que determinan –entre otras- las pautas de sueño y vigilia. Cuando realizamos viajes que implican grandes diferencias horarias o trabajamos de noche esos ritmos circadianos se ven alterados, por lo que sientes sueño cuando debes permanecer despierto. Acumulas gran cansancio, pero te resulta imposible conciliar el sueño a la hora de irte a la cama. Es lo que se conoce como “Jet Lag”. Tu cuerpo necesita “reajustar” sus ritmos al nuevo horario, un proceso que requiere unos días y que no reviste gravedad cuando se realiza de un modo puntual. El problema surge cuando se sufre de modo habitual (aquellos que trabajan con cambios de turno o viajan mucho). El organismo no tiene tiempo de adaptarse completamente a ningún horario por lo que se acumulan los desajustes, que pueden llegar a hacerse permanentes y revestir gravedad.
– Ansiedad por dormir
¿Cuanto más esfuerzo haces por dormirte, más difícil se te hace? Cuentas ovejitas, te compras un gel de baño relajante, bebes un vaso de leche… pero nada. Con todos estos rituales sólo consigues preparar a su cerebro para una frustrante batalla en busca del sueño. El primer paso es no preocuparte, pensar que tarde o temprano te vas dormir. No anticipes demasiado el momento de irte a la cama. Cuando llegue la hora, simplemente, acuéstate. Y si no puedes dormir, no te preocupes, levántate y haz algo que encuentres relajante. Después de un rato, te sentirás lo suficientemente cansado como para regresar a la cama cuando el sueño te venza de forma natural.
– Problemas respiratorios
Basta un simple resfriado para que duermas mal. Más graves son los problemas respiratorios crónicos, como crisis de asma (que se acentúan durante la noche) o apnea, un trastorno por el que los músculos que mantienen abiertas las vías respiratorias se relajan durante el sueño, dejando caer lengua y mandíbula y produciendo dificultades respiratorias. Para evitarlo, el cerebro se ve obligado a realizar lo que se denomina microdespertares, instantes en los que el sueño se interrumpe para que el cuerpo pueda recuperar el ritmo respiratorio. Estas interrupciones impiden que el organismo descanse completamente, lo que provoca la aparición de un gran número de dolencias, como dolores de cabeza, cefaleas matutinas, somnolencia durante el día, etc.
– Dormir demasiado durante el día
Si tienes el sueño ligero, resístete a dormir una larga siesta aunque sea domingo y hayas dormido fatal la noche anterior. Aunque la siesta es un hábito muy recomendable, especialmente si haces deporte, bastan entre 20 y 30 minutos.
– Causas internas
Casi siempre están relacionadas con enfermedades físicas o psicológicas: dolor físico (causado por una lesión o enfermedades más graves como artrosis, Parkinson, un tumor, etc.), depresión, ansiedad, etc. Si padeces dolor físico o emocional, es muy difícil conciliar el sueño. También hay enfermedades endocrinas que provocan un aumento de la actividad metabólica que puede producir estados de inquietud o ansiedad que alteran el sueño. En todos estos casos es imprescindible que acudas al médico para que trate la causa de origen. Cuando estés bien, dormirás bien.
– Sustancias que afectan al sistema nervioso central
No te vamos a hablar de sustancias como la heroína, la cocaína, las anfetaminas, el éxtasis… (Si las consumes, el insomnio será uno de tus menores problemas). El café, el té, las bebidas de cola y el cacao pueden afectar al sueño aunque se tomen con mucha moderación si eres una persona sensible. Así que si no duermes bien, la primera medida es dejarlas todas. Y si eres de los que no se despiertan hasta que se toman un café… necesitas dormir más. Si fumas mucho, la abstinencia de nicotina también puede llegar a despertarte. Ingerir alcohol antes de dormir impide que el sueño sea de calidad, aunque te duermas con facilidad. Mucho cuidado con los productos “quemagrasas”, suelen tener sustancias que aumentan tu grado de actividad y que te impiden conciliar el sueño. Lo mismo ocurre con algunos complementos vitamínicos que contienen cafeína, taurina, ginseng u otros excitantes. También algunos medicamentos como los corticoides, las teofilinas, los sustitutivos tiroideos, anticancerígenos y los diuréticos pueden provocar otros trastornos de este tipo. Si estás tomándolos y te cuesta dormir, debes consultar a tu médico. Tratan problemas graves, así que no los dejes por tu cuenta.
– Una mala postura
Si duermes boca abajo y no tienes calidad de sueño, trata de cambiar ese hábito. El cuello permanece girado muchas horas y acabas por despertarte. También perjudica la respiración. Intenta dormir boca arriba o de lado con una pierna encima de la otra.
– Las Unidades de sueños
La inmensa mayoría de los casos tienen solución cuando se realiza un estudio médico avanzado. La proliferación de estos problemas ha hecho que cada vez se creen en España más unidades del sueño, que son centros donde distintos especialistas diagnostican y tratan estas graves dolencias. Allí serás sometido a diversas pruebas durante tus horas de sueño que permitirán determinar las causas del problema de un modo directo. Generalmente es suficiente con pasar una noche
Fuente:
http://www.runners.es/Salud_Nutricion/sueño-dormir-correr-corredor-insomnio-kw-articulo_lesiones.jsp?id=2902

Salud :No te pases con tus kilómetros

13 diciembre 2007

¿Sabías que si te excedes con los rodajes o las series tu rendimiento en carrera va a sumirse en la derrota? Correr equilibradamente es una de las claves para poder mejorar y no ceder ante lesiones.
Si llegas demasiado lejos, tu cuerpo te empezará a indicar el problema con fatiga, horribles sensaciones, malos resultados, irritabilidad y pérdida de entusiasmo provocada por muchos entrenos o por sesiones muy duras.
  • Si has percibido estas sensaciones y aún persistes en la misma línea de ejercicio, el sobreentrenamiento podría conducirte a: Distorsiones de sueño: insomnio y sensación de no haber descansado durante la noche.
  • Empobrecimiento del sistema inmune y, por tanto, incremento en la posibilidad de enfermar.
  • Pérdida de apetito y ensombrecimiento de ánimo en general.
  • En mujeres, puede darse una pérdida de la menstruación. Pero nunca es demasiado tarde: caba con el plan de entrenamiento que estabas siguiendo: añade días de descanso, elimina kilómetros de tus rodajes y evita las partes más sacrificadas.
  • Si sospechas que padeces un sobreentrenamiento serio, no se te ocurra entrenar más de 2 ó 3 días por semana, y nunca más de 45 min.
  • Si necesitas correr más de estos 3 días, quema el tiempo en el gimnasio trabajando un poco todo el cuerpo de forma MUY suave (nunca más de una hora).
  • Cuando comiences a recuperarte, no vuelvas a caer en la misma trampa.Planifícate a largo plazo y especifica claramente las temporadas de mayor esfuerzo; después de éstas, además, no podrás hacer otra cosa más que rodajes muy suaves.

Fuente :

http://www.runners.es/Salud_Nutricion/correr-entrenar-kilometros-sobreentrenamiento-pasarse-kw-articulo_lesiones.jsp%3Fid%3D2912

Salud :No te pases con tus kilómetros

13 diciembre 2007

¿Sabías que si te excedes con los rodajes o las series tu rendimiento en carrera va a sumirse en la derrota? Correr equilibradamente es una de las claves para poder mejorar y no ceder ante lesiones.
Si llegas demasiado lejos, tu cuerpo te empezará a indicar el problema con fatiga, horribles sensaciones, malos resultados, irritabilidad y pérdida de entusiasmo provocada por muchos entrenos o por sesiones muy duras.
  • Si has percibido estas sensaciones y aún persistes en la misma línea de ejercicio, el sobreentrenamiento podría conducirte a: Distorsiones de sueño: insomnio y sensación de no haber descansado durante la noche.
  • Empobrecimiento del sistema inmune y, por tanto, incremento en la posibilidad de enfermar.
  • Pérdida de apetito y ensombrecimiento de ánimo en general.
  • En mujeres, puede darse una pérdida de la menstruación. Pero nunca es demasiado tarde: caba con el plan de entrenamiento que estabas siguiendo: añade días de descanso, elimina kilómetros de tus rodajes y evita las partes más sacrificadas.
  • Si sospechas que padeces un sobreentrenamiento serio, no se te ocurra entrenar más de 2 ó 3 días por semana, y nunca más de 45 min.
  • Si necesitas correr más de estos 3 días, quema el tiempo en el gimnasio trabajando un poco todo el cuerpo de forma MUY suave (nunca más de una hora).
  • Cuando comiences a recuperarte, no vuelvas a caer en la misma trampa.Planifícate a largo plazo y especifica claramente las temporadas de mayor esfuerzo; después de éstas, además, no podrás hacer otra cosa más que rodajes muy suaves.

Fuente :

http://www.runners.es/Salud_Nutricion/correr-entrenar-kilometros-sobreentrenamiento-pasarse-kw-articulo_lesiones.jsp%3Fid%3D2912

Alondra v/ búho, cúal prefieres?

26 octubre 2007
Se dice generalmente que la gente que se levanta tarde, lo hace por flojera…no soy partidaria de eso. Claro que no hay que desconocer que en el mundo actual sí existe un grupo muy grande de especímenes que parecieran tener narcolepsia -enfermedad del sueño- o algo similar. Puede que lo diga de envidiosa o porque simplemente considero que es así. Debo reconocerlo: es de envidiosa. Mucha gente no alcanza a meterse a la cama y ya está durmiendo, incluso cuando estás conversando con ella.
Es cierto que el reloj biólogico es diferente en cada ser humano, pero hay ciertos patrones similares que hacen que las personas se dividan según cierto tipo de animales. Si estás pensando en el horóscopo chino, debo decirte que estás equivocado.
El sueño de los seres humanos se ha relacionado a lo largo de la historia con dos aves: la alondra y el búho, esto con el fin de dejar en claro el funcionamiento adecuado de la persona, el que dice relación con su dormir, a la hora de levantarse y/o acostarse.
Ser alondra significa que la persona bajo este fenotipo es un ser que funciona mejor en la mañana, a plena luz del día. Alguien que se levanta al alba, apenas emerge a luz en el horizonte. Un ente al cual jamás le costará decirte: ‘sí trotemos a las 7 de la mañana’, porque probablemente estará despierto mucho antes. Generalmente las alondras suelen ser poco trasnochadoras, pero en el caso de hacerlo, el rejor biológico ya está sincronizado y se levantan temprano igual. Este es el tipo de persona que ‘hace rendir el día’, puesto que es ahí donde mejor se desarrollan.
Ser búho es un historia diferente. El búho -aparte de tener esos tremendos ojotes y parecerse al exorcista de tanto que gira la cabeza- es un animalito nocturno, relacionado a cosas de magia y a Harry Potter. Este ser humano calza perfectamente con la fisiología de un ‘bohemio’, del ser de la noche, que se sienta con un cigarrillo a leer, y al cual la sinapsis neuronal le hace efecto justo al meterse a la cama. Por experiencia propia, eso no es grato, ya que cuando uno tiene ganas de dormirse, la mente entra en funcionamiento con las ideas más geniales de todas, esas que difícilmente se darán a las 16.00 hrs.
Para los búhos, madrugar es el peor de los castigos, ya que no cumplen con su ciclo natural de sueño. Pero como ciertas alondras, hay búhos que pese a acostarse tarde se levantan temprano igual.
No es tan importante saber si soy alondra o búho o si soy otro bicho raro de la especie animal, porque todos tenemos etapas de remolones, de no dormir nada, etc.
Lo importante es saber en qué momento del día estamos más vigentes, si en la noche o en la mañana, con el fin de poder pogramar nuestro día acorde a nuestro rendimiento y no al de terceros. Todo esto con el fin de ver si debo implementar mecanismos con el de la ‘siesta’ si nos levantamos temprano y nos acostamos tarde o el de levantarse a como de lugar porque ya hemos dormido suficiente.
Importante es tener en consideración cuantas horas son las óptimas para tu funcionamiento. Algunos requieren de 8 a 10 hrs como mínimo para funcionar. A otros les basta con 6. Pero es malo dormir mucho o dormir poco, ya que en un caso el cuerpo corta su ciclo de sueño y en el otro pasa ese ciclo y continúa con el siguiente que a su vez se ve interrumpido.
Honestamente yo me identifico con el búho de todas maneras, pero creo que a fin de años mi búho está con una profunda crisis de identidad: se cree alondra y se levanta temprano, incluso teniendo la posibilidad de dormir más. De todos modos he llegado a creer que lo hace sólo para ‘llevarme la contra’ ya que cuando puede dormir más no lo hace y cuando debe dormir poco, añora dormir más y se duerme en clases.
¿Con cúal te identificas?
Atte.
Paz C.

Alondra v/ búho, cúal prefieres?

26 octubre 2007
Se dice generalmente que la gente que se levanta tarde, lo hace por flojera…no soy partidaria de eso. Claro que no hay que desconocer que en el mundo actual sí existe un grupo muy grande de especímenes que parecieran tener narcolepsia -enfermedad del sueño- o algo similar. Puede que lo diga de envidiosa o porque simplemente considero que es así. Debo reconocerlo: es de envidiosa. Mucha gente no alcanza a meterse a la cama y ya está durmiendo, incluso cuando estás conversando con ella.
Es cierto que el reloj biólogico es diferente en cada ser humano, pero hay ciertos patrones similares que hacen que las personas se dividan según cierto tipo de animales. Si estás pensando en el horóscopo chino, debo decirte que estás equivocado.
El sueño de los seres humanos se ha relacionado a lo largo de la historia con dos aves: la alondra y el búho, esto con el fin de dejar en claro el funcionamiento adecuado de la persona, el que dice relación con su dormir, a la hora de levantarse y/o acostarse.
Ser alondra significa que la persona bajo este fenotipo es un ser que funciona mejor en la mañana, a plena luz del día. Alguien que se levanta al alba, apenas emerge a luz en el horizonte. Un ente al cual jamás le costará decirte: ‘sí trotemos a las 7 de la mañana’, porque probablemente estará despierto mucho antes. Generalmente las alondras suelen ser poco trasnochadoras, pero en el caso de hacerlo, el rejor biológico ya está sincronizado y se levantan temprano igual. Este es el tipo de persona que ‘hace rendir el día’, puesto que es ahí donde mejor se desarrollan.
Ser búho es un historia diferente. El búho -aparte de tener esos tremendos ojotes y parecerse al exorcista de tanto que gira la cabeza- es un animalito nocturno, relacionado a cosas de magia y a Harry Potter. Este ser humano calza perfectamente con la fisiología de un ‘bohemio’, del ser de la noche, que se sienta con un cigarrillo a leer, y al cual la sinapsis neuronal le hace efecto justo al meterse a la cama. Por experiencia propia, eso no es grato, ya que cuando uno tiene ganas de dormirse, la mente entra en funcionamiento con las ideas más geniales de todas, esas que difícilmente se darán a las 16.00 hrs.
Para los búhos, madrugar es el peor de los castigos, ya que no cumplen con su ciclo natural de sueño. Pero como ciertas alondras, hay búhos que pese a acostarse tarde se levantan temprano igual.
No es tan importante saber si soy alondra o búho o si soy otro bicho raro de la especie animal, porque todos tenemos etapas de remolones, de no dormir nada, etc.
Lo importante es saber en qué momento del día estamos más vigentes, si en la noche o en la mañana, con el fin de poder pogramar nuestro día acorde a nuestro rendimiento y no al de terceros. Todo esto con el fin de ver si debo implementar mecanismos con el de la ‘siesta’ si nos levantamos temprano y nos acostamos tarde o el de levantarse a como de lugar porque ya hemos dormido suficiente.
Importante es tener en consideración cuantas horas son las óptimas para tu funcionamiento. Algunos requieren de 8 a 10 hrs como mínimo para funcionar. A otros les basta con 6. Pero es malo dormir mucho o dormir poco, ya que en un caso el cuerpo corta su ciclo de sueño y en el otro pasa ese ciclo y continúa con el siguiente que a su vez se ve interrumpido.
Honestamente yo me identifico con el búho de todas maneras, pero creo que a fin de años mi búho está con una profunda crisis de identidad: se cree alondra y se levanta temprano, incluso teniendo la posibilidad de dormir más. De todos modos he llegado a creer que lo hace sólo para ‘llevarme la contra’ ya que cuando puede dormir más no lo hace y cuando debe dormir poco, añora dormir más y se duerme en clases.
¿Con cúal te identificas?
Atte.
Paz C.

La importancia del reposo físico

15 agosto 2007

El entrenamiento invisible

Dr. Mauricio Purto

Tan importante como el entrenamiento es que los deportistas entiendan que sus hábitos de vida y el descanso, o los períodos de recuperación tras la actividad física, son fundamentales en su proceso, porque en este tiempo el organismo usa a fondo los mecanismos biológicos que nos purifican de los desechos metabólicos generados durante el ejercicio, además de echar a andar los procesos celulares de reparación de tejidos y de generación de moléculas biológicas, como por ejemplo proteínas del tipo enzimas, que son inducidas por el entrenamiento y que luego nos permitirán ser más eficientes.

Es lo que se ha dado en llamar entrenamiento invisible, y su fundamento es el descanso activo.Porque los cambios generados por el entrenamiento, y que nos permiten hablar de un acondicionamiento físico, tienen lugar durante el reposo. Por ende, sin duda es importante considerar el descanso como parte integral del entrenamiento, y por eso nos referimos a un «descanso activo», para subrayar conscientemente la intención que conlleva, es decir, poner nuestra atención, nuestra energía, en una óptima recuperación.Pero no cualquier descanso sirve. En esto es importante la cantidad de descanso y su calidad.

Prueba es que cuando los deportistas no se procuran pausas de recuperación adecuadas vemos que sufren lesiones de abuso o comienzan con una curva de rendimientos decrecientes: hablamos de sobreentrenamiento.Estas pausas deben ser parte de su programa de entrenamiento.

Pero como vimos, no sólo importa la cantidad de tiempo de recuperación, sino su calidad. Entra, entonces, a tallar el tema de cómo recuperarse mejor.Para esto hay que considerar al entrenamiento un estrés, un estímulo, que de ser desmedido predispone a la enfermedad; y ese estrés está relacionado con el concurso y comienzo de ciertas dolencias. Nuestro organismo está recibiendo constantemente estímulos del medio externo; entre otros, de las condiciones físicas que nos rodean y nos afectan.

En este estado de alerta ambiental se perciben los cambios, y además se genera una respuesta, una reacción interna, que persigue mantenernos a salvo y en equilibrio interno. Es decir, que nuestro medio interno no cambie hasta el desequilibrio, que no se vea afectado por los cambios externos.Este proceso llamado homeostasis forma parte de lo que se conoce como Síndrome de Adaptación General.

Grosso modo, el cambio externo genera un esfuerzo en el organismo vivo para evitar una alteración en él, un esfuerzo que por supuesto cuesta energía, y le permite sobrevivir.Todo esto es válido para un deportista, y el estímulo o estrés que él recibe lo llamamos entrenamiento. Este proceso de síntesis de estímulo y reacción es lo que entendemos en esta descripción como estrés, y tiene límites, más allá de los cuales no podemos adaptarnos, y donde acechan la enfermedad y la muerte, cuando no podemos engendrar una respuesta adaptativa suficiente.En los deportistas este proceso puede ser sutil, y el estímulo excesivo va minando lentamente la capacidad de adaptación de su organismo. Adaptarse significa compensar internamente el cambio; pero en muchos casos, el costo energético es tan alto, o el tiempo dado para generar una respuesta adaptativa tan escaso, que tarde o temprano se rompe el equilibrio en términos de enfermedad.

En el campo de la medicina del deporte este sobreestrés está relacionado a enfermedad y lesiones. El sobreentrenamiento y las condiciones competitivas, de ser un estrés pasan a ser veladamente un sobreestrés, haciendo más proclive al deportista a contraer enfermedades y lesionarse.La raíz del problema está en el sobreestímulo y nuestra vulnerabilidad a él. Y quizás la mejor protección sea mantenerse fuera del alcance, o estar muy conscientes al sentirnos expuestos o sobreexpuestos.La dosis de estímulo, es decir, de entrenamiento, es individual, y la justa medida del descanso también. Pero ambos son la base de la prevención de lesiones de abuso y de enfermedad de sobreentrenamiento.

Descansar activamente significa mejorar la calidad del sueño, aprender a relajarse, elongar, y recibir masajes antes y después del ejercicio, aprender a hidratarse y cuidar el cuerpo como un templo del espíritu, en definitiva.

Emol.com
Publicado por Mundo Runner

La importancia del reposo físico

15 agosto 2007

El entrenamiento invisible

Dr. Mauricio Purto

Tan importante como el entrenamiento es que los deportistas entiendan que sus hábitos de vida y el descanso, o los períodos de recuperación tras la actividad física, son fundamentales en su proceso, porque en este tiempo el organismo usa a fondo los mecanismos biológicos que nos purifican de los desechos metabólicos generados durante el ejercicio, además de echar a andar los procesos celulares de reparación de tejidos y de generación de moléculas biológicas, como por ejemplo proteínas del tipo enzimas, que son inducidas por el entrenamiento y que luego nos permitirán ser más eficientes.

Es lo que se ha dado en llamar entrenamiento invisible, y su fundamento es el descanso activo.Porque los cambios generados por el entrenamiento, y que nos permiten hablar de un acondicionamiento físico, tienen lugar durante el reposo. Por ende, sin duda es importante considerar el descanso como parte integral del entrenamiento, y por eso nos referimos a un «descanso activo», para subrayar conscientemente la intención que conlleva, es decir, poner nuestra atención, nuestra energía, en una óptima recuperación.Pero no cualquier descanso sirve. En esto es importante la cantidad de descanso y su calidad.

Prueba es que cuando los deportistas no se procuran pausas de recuperación adecuadas vemos que sufren lesiones de abuso o comienzan con una curva de rendimientos decrecientes: hablamos de sobreentrenamiento.Estas pausas deben ser parte de su programa de entrenamiento.

Pero como vimos, no sólo importa la cantidad de tiempo de recuperación, sino su calidad. Entra, entonces, a tallar el tema de cómo recuperarse mejor.Para esto hay que considerar al entrenamiento un estrés, un estímulo, que de ser desmedido predispone a la enfermedad; y ese estrés está relacionado con el concurso y comienzo de ciertas dolencias. Nuestro organismo está recibiendo constantemente estímulos del medio externo; entre otros, de las condiciones físicas que nos rodean y nos afectan.

En este estado de alerta ambiental se perciben los cambios, y además se genera una respuesta, una reacción interna, que persigue mantenernos a salvo y en equilibrio interno. Es decir, que nuestro medio interno no cambie hasta el desequilibrio, que no se vea afectado por los cambios externos.Este proceso llamado homeostasis forma parte de lo que se conoce como Síndrome de Adaptación General.

Grosso modo, el cambio externo genera un esfuerzo en el organismo vivo para evitar una alteración en él, un esfuerzo que por supuesto cuesta energía, y le permite sobrevivir.Todo esto es válido para un deportista, y el estímulo o estrés que él recibe lo llamamos entrenamiento. Este proceso de síntesis de estímulo y reacción es lo que entendemos en esta descripción como estrés, y tiene límites, más allá de los cuales no podemos adaptarnos, y donde acechan la enfermedad y la muerte, cuando no podemos engendrar una respuesta adaptativa suficiente.En los deportistas este proceso puede ser sutil, y el estímulo excesivo va minando lentamente la capacidad de adaptación de su organismo. Adaptarse significa compensar internamente el cambio; pero en muchos casos, el costo energético es tan alto, o el tiempo dado para generar una respuesta adaptativa tan escaso, que tarde o temprano se rompe el equilibrio en términos de enfermedad.

En el campo de la medicina del deporte este sobreestrés está relacionado a enfermedad y lesiones. El sobreentrenamiento y las condiciones competitivas, de ser un estrés pasan a ser veladamente un sobreestrés, haciendo más proclive al deportista a contraer enfermedades y lesionarse.La raíz del problema está en el sobreestímulo y nuestra vulnerabilidad a él. Y quizás la mejor protección sea mantenerse fuera del alcance, o estar muy conscientes al sentirnos expuestos o sobreexpuestos.La dosis de estímulo, es decir, de entrenamiento, es individual, y la justa medida del descanso también. Pero ambos son la base de la prevención de lesiones de abuso y de enfermedad de sobreentrenamiento.

Descansar activamente significa mejorar la calidad del sueño, aprender a relajarse, elongar, y recibir masajes antes y después del ejercicio, aprender a hidratarse y cuidar el cuerpo como un templo del espíritu, en definitiva.

Emol.com
Publicado por Mundo Runner